Por
Eugenia Garay Basualdo

Maurice Benayoun en Fundación Williams La masterclass del artista, curador y teórico francés en Buenos Aires

Tres fundaciones privadas apuestan por la formación en Arte y Tecnología en Argentina: Fundación Itaú, Fundación Telefónica y Fundación Williams

 

En un recinto colmado de mentes inquietas que acababan de hacer un seminario intensivo con él, el 11 de mayo se presentó el pionero del arte y la tecnología Maurice Benayoun (Algeria, 1957) en la Fundación Williams. El especialista en cine y videoarte, docente y escritor Jorge La Ferla lo presentó como a un viejo amigo que venía a conversar con un  auditorio, abierto al público en general, sobre una de las trayectorias más significativas de los últimos tiempos, la propia. Para introducir, La Ferla mencionó un par de centros de experimentación artístico-tecnológica como los referentes actuales: ARS ELECTRONICA, que afortunadamente conocemos y los programas sponsoreados por Banco Itaú de Brasil, entre otros. Señaló que estaba presente Alejandrina D’elía, a quien se la recuerda como una de las visionarias que impulsaron las actividades de la Fundación Teléfonica de los 2000. Vino a nuestra memoria el libro compilado por Rodrigo Alonso sobre el simposio internacional del 2008 Calibrando Diseñando Con-textos, por otra parte, muy recomendable.

Haremos el mejor intento por transcribir pasajes de la clase magistral de Benayoun que, con la serenidad que tiene quien sabe que viene a echar luz en medio de la oscuridad, comenzó preguntando: “Is art making about images? How do you play the images?” (¿El arte se trata de imágenes? ¿Cómo reproduces las imágenes?). Reflexionó sobre por qué hacer arte con tecnología. Se refirió al impacto de la fotografía en el siglo XIX, a la polémica del arte hecho por una máquina, y cómo esto fue mal tomado por el mundo del arte.

Creemos que esto sigue sucediendo en el ámbito argentino y es preocupante porque nos atrasa de forma considerable con respecto a lo que ocurre en el plano internacional.

Luego, el artista francés, que vive y trabaja en Hong Kong, sumó un comentario sobre el impacto de la democratización, o masividad de los medios tecnológicos, y dijo algo así como que “la Inteligencia Artificial no produce arte sino que los artistas tienen que crear cómo producir esa creación de imágenes.” Enfatizó en que “no hay un cerebro externo que maneje la Inteligencia Artificial, es nuestro cerebro. Generative art use the human memory.” (El arte generativo utiliza la memoria humana) “Las máquinas son manejadas por la inteligencia humana, ¿Por qué no entender este principio? ¿Qué responsabilidad tenemos con respecto al planeta? La responsabilidad es humana.” Lo que Benayoun estaba indicando era tan obvio que apabullaba.

La Ferla intentó hablar sobre el video arte pero la charla aspiraba a hacerse más espesa.  Benayoun, mientras desplegaba imágenes de su web https://benayoun.com/moben/ como si para nosotros estuviera hojeando un libro de ciencia ficción, comentó que uno de sus desafíos fue “saber cuál es el límite para crear”. En un inglés sobrio y en un tono distendido, decía cosas atrapantes sin dejar de navegar su página. Planteaba, por ejemplo, pensar si la tecnología es positiva o negativa para los artistas cuando tienen que decidir qué van a crear. En ese momento, mostró AME: ART AFTER MUSEUM , “una colección de arte concebida por artistas contemporáneos para realidad virtual” hecha en 1992.

La Ferla insistió con el video, porque es su metier y es comprensible, y la idea de los viajes mentales, virtuales, instalativos. Entonces, Benayoun mostró THE TUNNEL UNDER THE ATLANTIC de 1995. Indicó que para crear esta obra tuvo que primero definir si el espacio del supuesto túnel virtual que uniría un museo en Montreal con el Centro Pompidou estaría lleno o vacío, y decidió que estaría lleno. Para ese momento, decía Benayoun, los comienzos de la web –no la Internet de hoy-, y su ambiente, no estaban definidos: “en 1995 todo esto no existía como posibilidad pensable.” El contenido de THE TUNEL serían imágenes que realizó junto a un director de cine que manejó cuatro cámaras, hecho que para una obra de arte del ’95 implicaba todo un reto técnico.

Certero, La Ferla le preguntó ¿cómo podemos entender las instancias de instrucciones que tienen los artistas hoy? Dijo que Benayoun tenía una formación híbrida: estudios teóricos más práctica profesional. Creemos haber entendido que para Benayoun la opinión sobre estudiar una carrera con la que se sale con conocimientos pero no con experiencias realizadas, no es del todo la mejor opción ya que terminó aprendiendo varias disciplinas según los desafíos que su praxis le iba demandando. Interesante.  

Este breve punteo no alcanza para remarcar lo significativo que resulta construir contextos de intercambio mediante el contacto directo con especialistas extranjeros, porque comprende amplificar la interpretación local del arte hacia una lectura macro del campo del arte global. No es nada nuevo, lo hacía Romero Brest con el Di Tella, lo continúo Glusberg con el CAyC, más tarde Telefónica, y hoy la UNTREF con grado y posgrado de Artes Electrónicas y los premios Itaú sobre disciplinas tecnológicas. Sin ir más lejos, el Premio Braque 2023 expone hasta el 4 de junio robótica y arte sonoro, hecho histórico inédito. Pero no es suficiente. En medio de un panorama crítico e inestable como el argentino, surgió la iniciativa  Presente Continuo de la Fundación Bunge y Born y la Fundación Williams, con la participación de Fundación Andreani. Este programa de dos años basado en arte, ciencia y tecnología, aspira a trazar diálogos entre artistas, científicos, tecnólogos, teóricos y equipos interdisciplinarios argentinos con otros internacionales que indagan tópicos de la denominada cuarta revolución tecnológica y que conocemos como realidad aumentada, inteligencia artificial, medios locativos, bioarte, edición génica, entre otros. Participaron 83 artistas de la convocatoria realizada y fueron seleccionados 35. El programa, en su primer año, consta de tres visitas internacionales en mayo, agosto, y noviembre de 2023 con una masterclass y talleres brindados por Maurice Benayoun en mayo; el brasilero Guto Nóbrega en la semana del 7 de agosto, y Rafael Lozano Hemmer en la 13 de noviembre.

Al respecto de Presente Continuo, consultamos con el reconocido artista multidisciplinar Cristian Segura (Argentina, 1976) que nos comentó:

Elegí aplicar a este programa porque considero que el arte, la ciencia y la tecnología juntos pueden crear algo verdaderamente extraordinario. Considero que el arte puede ofrecer una perspectiva única y efectiva para comunicar conceptos científicos complejos y la tecnología puede ser una herramienta para crear obras innovadoras. A su vez, la ciencia y la tecnología pueden inspirar nuevas ideas y enfoques para la creación artística. Durante el comienzo del programa, he trabajado con Maurice Benayoun, un artista pionero que ha estado activo en este campo desde los años 80. El taller que nos brindó fue muy inspirador y nos permitió explorar temas emocionantes como la realidad aumentada, la inteligencia artificial y la tecnología blockchain. Trabajamos en equipos interdisciplinarios para crear proyectos innovadores, siguiendo las directrices específicas de Benayoun, lo que nos motivó a aprender de manera afectiva y colaborativa. Esta experiencia ha sido muy valiosa y prometedora para futuros proyectos. Estoy entusiasmado de continuar trabajando en equipo durante los próximos encuentros del programa. Recomendaría esta experiencia interdisciplinaria a cualquier persona interesada en la combinación de arte, ciencia y tecnología.”

También buscamos una mirada científica sobre el tema y recurrimos a Sebastián Bustingorry (Argentina, 1976) quien es investigador de CONICET, Doctor en Física, Magister en Ciencias de Superficies y Medios Porosos y Profesor en Física que, desde Bariloche, esto nos dijo:

“Reflexionar sobre conceptos y prácticas en torno a Arte, Ciencia y Tecnología no solo habilita a imaginar la forma en que las nuevas tecnologías irrumpen en los lenguajes artísticos contemporáneos, también nos lleva a indagar sobre marcos posibles para entender los vínculos entre las prácticas artísticas y las prácticas científicas. La visita de Maurice Benayoun dentro del Programa Presente Continuo brindó la oportunidad de acercarnos con perspectiva internacional a las prácticas y reflexiones conceptuales actuales sobre como la evolución científica y tecnológica genera nuevas dimensiones y nuevos significados que impactan positivamente en el arte y su rol social. A esto se le sumó la posibilidad de discutir perspectivas muy diversas junto a un grupo heterogéneo de participantes de distintas disciplinas, juntando a un amplio espectro de artistas con profesionales de la ingeniería, la comunicación y la ciencia. De esta forma, se logra que la comunidad local cuente con la oportunidad de renovar sus prácticas, vínculos y procesos en un rico contexto global.”

Es pertinente notar cómo desde polos como el artístico y el científico las visiones apuntan a lo mismo. No obstante, cabe preguntar: ¿Estamos preparados para la cuarta revolución tecnológica en el arte argentino? En el artículo anterior mencionamos la aceleración tecnológica, un tema que deberíamos atender “como campo” de una manera urgente. La actualización profesional, para todos los que integramos dicho campo, incluidos los curadores y los críticos de arte, resulta esencial dentro de un sistema del arte que soporta cambios permanentes en sus disciplinas, e incluso crea nuevas, o deriva en combinaciones que muchas veces no sabemos cómo denominar, como Nuevos Soportes, por ejemplo.

La sumatoria de la escasa producción por falta de recursos; la inexistente exhibición de arte y tecnología; la carencia de espacios de arte debidamente equipados con aparatos nuevos y también con tecnologías ya en desuso pero en buen estado para exhibir video de los ochenta, noventa, por ejemplo; y las carreras de artes visuales que no capacitan en nuevas tecnologías, son síntomas de un ámbito del arte que precisa de programas profesionales de alto nivel como Presente Continuo para estimular el desarrollo de un arte tecnológico que esté alineado con lo que ocurre en el mundo. El Arte Tecnológico aporta ideas, investigación, metodología, procesos de trabajo planificados, pruebas, resultados y, quizás lo más relevante, contribuye con la transferencia de conocimientos que también puede ser en la forma de una exposición.

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